En este contexto, USAID se enfrenta a una deuda de más de 50 millones de dólares en facturas impagas y cientos de despidos de contratistas. La agencia, que proporciona miles de millones de dólares en ayuda global en áreas como salud, agua potable y lucha contra el VIH/SIDA, ha sido clave en el esfuerzo de EE. UU. por fortalecer su diplomacia y contrarrestar la influencia de rivales como China y Rusia.
El lunes, empleados y contratistas de USAID protestaron frente a las oficinas en Washington tras el cierre temporal de la sede, en medio de la incertidumbre por los recortes. Esta crisis ha afectado la entrega de asistencia vital a miles de personas en todo el mundo.
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