Los hace ver menos “cool”, olvido, el costo, de día “no sirven para nada”, o simple rebeldía son algunas de las motivaciones para que un sector de los motociclistas se niegue a portar indumentaria reflectante de la luz, como lo exige la Ley de Tránsito.
Pese a ser el tipo de actor social que más mueren en carretera, con 165 fatalidades de las 307 muertes totales en el sitio del accidente vial, en el primer semestre del año, algunos se niegan e insisten en argumentar contra esta indumentaria que podría, incluso, marcar la diferencia entre un percance o no, al hacerlos más visibles.
Así, en el primer semestre del año, 3.856 conductores de motocicleta se llevaron una sanción de ¢61.000 por no portar este tipo de dispositivo, es decir, unos 21 por día, casi uno por hora.
En esa misma línea, el funcionario quiso recalcar que no le corresponde a la Policía de Tránsito acreditar responsabilidades en los accidentes, pues es un tema judicial, y se entiende y se sabe que no siempre el motociclista es responsable del percance en el que está involucrado, pero sí es también un hecho que, a veces, en algunos casos.