Cada año, alrededor de 340 personas con secuelas de un evento cerebrovascular (ictus) reciben atención integral en el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Durante este 2025 ya se registran 360 nuevos casos para rehabilitación, lo que evidencia un aumento en la cantidad de personas que requieren atención especializada por esta causa.
El ictus, también conocido como derrame cerebral, ocurre cuando se interrumpe el flujo normal de sangre al cerebro. Puede presentarse por la ruptura de una arteria, lo que provoca una hemorragia cerebral, o por la obstrucción de una arteria, que impide el paso de sangre rica en oxígeno (evento isquémico).
En ambos casos, las neuronas dejan de recibir oxígeno y nutrientes, lo que causa su daño y afecta las funciones que controlan, como el habla, el movimiento o la sensibilidad.
La especialista en fisiatría, María José Gallardo Arriagada, alertó que en Costa Rica los eventos cerebrovasculares afectan cada vez más a personas menores de 50 años, provocando pérdidas de habilidades motoras y cognitivas que afectan el ámbito laboral y social.
“Estamos viendo una importante cantidad de pacientes que ignoraban ser hipertensos, no lo aceptaban o, aun con el diagnóstico, no tenían su tratamiento. En este día mundial, el llamado es a hacer un cambio con pequeñas acciones como toma de presión arterial y, en caso de haber sufrido el evento cerebrovascular, buscar rehabilitación”, puntualizó la especialista.
La prevención es la clave:





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