Once soldados ecuatorianos murieron en una emboscada el pasado 9 de mayo del 2025 mientras ejecutaban una operación contra la minería ilegal en el Alto Punino, provincia de Orellana, en plena Amazonía. Un militar más resultó herido.
El ataque ocurrió cuando cuatro grupos de combate de la Brigada de Selva 19 Napo patrullaban la zona del río Punino. Una de las unidades fue emboscada con explosivos, fusiles y granadas. El Ejército atribuyó el atentado a los Comandos de la Frontera, una agrupación armada ilegal, aunque esta negó su participación.
Según Inteligencia Militar, también murió un presunto miembro del grupo irregular. Las autoridades hallaron en la zona restos de armamento, explosivos y símbolos relacionados con las disidencias de las FARC.
La Fiscalía ecuatoriana abrió una investigación. Personal de criminalística y agentes especializados llegaron al lugar para levantar los cuerpos e identificar indicios del ataque.
Las ONG denuncian que en 2024 la minería ilegal en el río Punino se multiplicó por cuatro. Ese mismo año, comunidades locales alertaron sobre la presencia de disidentes colombianos en alianza con mineros ilegales.
A pesar de la política de “mano dura” del presidente Daniel Noboa, Ecuador enfrenta una escalada sin precedentes: se reporta un asesinato por hora, la tasa de homicidios más alta de América Latina. El mandatario estima que hay 40.000 miembros de bandas criminales operando en el país, casi el doble de los grupos armados y narcos que actúan en Colombia, según cifras oficiales.
La violencia en la frontera amazónica se ha vuelto una amenaza constante. Ya en febrero de 2024, militares ecuatorianos se enfrentaron en la misma región a otro grupo armado. Un extranjero murió en el tiroteo. El hallazgo de insignias de las FARC y armamento refuerza las sospechas de que células guerrilleras colombianas operan activamente en suelo ecuatoriano.
Foto con fines ilustrativos